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Pero no quiero que te preocupes por mí. De salud bien,
salvo por un par de resfriados. Con el tío no he tenido
mayores contratiempos, sólo lo veo en las noches cuan-
do regresa de trabajar. Acá todo el mundo trabaja mucho,
este lugar es como una enorme máquina y cada persona
es un engrane que rueda y rueda hasta que se desgasta y
es cambiado por otro. En este restaurante venden unos
pastelitos muy ricos, de chocolate y frutillas, de esos que
tanto te gustan.
Ayer encontré el álbum fotográfico que tío guarda en el
cajón de las sábanas. Había fotos de papá. Yo nunca an-
tes me sentí huérfano tía, tú siempre fuiste tan buena
conmigo. A veces despierto en medio de la noche y veo
a tío sentado en la cama mirando el álbum. Reconozco
mi propio abandono en sus ojos, la misma amargura de
quien ha sido despojado de grandes trozos de su alma,
pero con un tono rancio que le han dejado años de ren-
cor, de recordar, de añorar, de silencio, de soledad y de
profundas angustias. Me da tristeza pensar que cada vez
que me mira recuerda a papá, recuerda todo el dolor que
le causó perderlo. No sé si vine a atormentar su vida con
recuerdos que ya tenía enterrados, a revivir sus propios
fantasmas, sus propias sombras, a convertirme yo mis-
mo en una de ellas…las mías nunca me dejan, veo esas
figuras terribles en todas partes, como en una pesadilla
que viene desde la noche. A veces despierto sin saber si
los soñé o si en realidad los vi en alguna calle el día an-
terior, ahora temo mirar por la ventana del restaurante
porque sé que me están esperando. Eso me da mucho
miedo.
Leí en el periódico que el Gobierno está reconstruyen-
do nuestro pueblo. Es muy tonto tía, esa gente piensa
que una guerra termina cuando los asesinos se han ido,
cuando la verdad es que nunca se van, un pueblo que ha
vivido ese horror nunca olvida. Reconstruir ladrillos es
una fantasía ilusoria de que todo puede ser como antes,
como antes, de que puede ser…¿Quién podrá repararnos
a nosotros tía? De esta soledad, este destierro, esta perse-
cución, de esta carga de ir a todos lados con las sombras
de nuestros muertos. ¿Cómo nos reconstruirán si nos
faltan tantas piezas? Pero claro, hay que seguir adelante,
hay que ser fuerte y no mirar atrás y todas esas tonterías.